2009年7月20日月曜日

Te voy a extrañar

[Te voy a extrañar] son cuatro palabras que se dicen fácilmente; usables cuando te despides de alguien o cuando te das cuenta de que habrá un gran cambio en tu forma de vida, y a veces las usamos demasiado a la ligera, como cuando decimos que extrañamos las vacaciones súbitamente terminadas o que extrañamos el color azul en las paredes recién pintadas.

Pero en el momento en que te refieres con estas palabras a un ser querido ¡carajo, sí que se sienten profundamente!, sobre todo cuando sabes que no volverás a ver a ese ser.

Y es que te lo juro amigo, te voy a extrañar demasiado, extrañaré ver esos ojitos cafés que parecían siempre tristes pero que en realidad se concentraban maquilando curiosas maneras de lograr tus objetivos (por lo general se trataba de una forma de conseguir comida).

Porque, quién más que tú se pondrá junto al tazón de agua para que le sirva, sin hacer ruido alguno, sólo mirándome con ojos de esperanza... y de sed. Quién más que tú se irá poniendo pelirrojo poco a poco, con tu nariz cafecita y tus patitas con suaves almohadillas.

Quién más hurtará comida a nuestras espaldas y abrirá la puerta de la casa para salir al patio cuando quisieras y no cuando nosotros lo decidiéramos.Tú mi pequeño Peluchín, el maravilloso perro foca, con sus ruidos raros y graciosos; el que alguna vez hiciera el mismo sonido que un braquiosaurio y me sacara una gran sonrisa del rostro.

Mi perro vaca que amaba pastar y podar todas las plantas del jardín (aunque no era necesario que lo hicieras, esas plantas no son para podarse); quien le tenía un gran temor a los cuetes y temblaba al escucharlos explotar en el cielo.

Mi gordito que caminaba como si estuviera embarazado y que tenía casi una adicción a las zanahorias; que se dejaba molestar por los otros dos perros chiquillos encimosos sin inmutarse, simplemente tranquilo y resignado.

Mi gran compañero, mi peluche gigante al que abrazaba cuando estaba triste y que escuchaba mis tonterías, quien muchas veces soportó mi llanto en su pelusa y me apoyó lamiendo mi mano.

Te voy a extrañar Peluchín, porque me conociste desde los catorce años y me viste crecer, estuviste allí en ese raro proceso en el que me convertí en la persona que soy y siempre fuiste tan abrazable como para confortarme en los momentos que yo tanto lo necesité.

Así que TE VOY A EXTRAÑAR, porque no te volveré a cargar entre mis brazos, ni te veré saltar con esa falta de gracia que te caracterizaba, ni te volveré a ver intentando hacer amigos; porque ya no estás aquí. Pero te juro mi pequeño perro, que siempre te recordaré y, por más cliché que esto pueda sonar, te llevaré en mi corazón.
.
..
...

Mi perro Peluchín estuvo ocho años con nosotros, murió el viernes 17 de julio... y ese día fue uno por demás triste. Sé que para algunos esto que escribí puede sonar exagerado, pero ¡me vale!, así me sentí.

0 件のコメント: